miércoles, 6 de abril de 2011

Mi sombra perfecta

La noche está fría, helada y deshidratada.
No sé qué pensar de la perfecta luna que me mira,
parece que está llorando, pensaras que estoy loca,
pero es verdad. La luna llora, se siente triste. Le han quitado su otra mitad.

El viento golpea mi cara como si algo estuviera prediciendo.
¿Qué será?, me pregunto... Se ve borroso, pero casi pestañando
veo que alguien se acerca. El viento predijo mi destino. El viento te trajo hacía mi.

Te descubrí en medio de una agonía inexplicable,
no sabía los motivos, ni quería saberlo.
De alguna u otra manera, obligué a tus ojos que me miren,
que desvivan por mí. Quería escuchar el latido de tu corazón y
guardarlo siempre conmigo. Al principio nada era fácil.
Me cegué por mi estúpida razón, no escuchaba, no sentía, no vivía.

Poco a poco, tus manos cogieron la mía, tus labios rosaron los míos.
Tu calor lo sentía tan cerca que me asusté. Me alejé pero fue absurdo.
Todo lo que había planificado se estaba saliendo del control.

Fue así que la noche acaramelada me informó de mi fortuna,
me alarmó que si seguía ciega te perdería. No, no quise. Me subí al coche
de mi riqueza y te seguí, te seguí...

Desde aquella noche comprendí que eras mi sombra, un  tanto oculto pero lo eras.
Un sombra perfecta que puede tocar el cielo y enloquecerme.

Logré que tus ojos desvivan por la niña que loca
que hoy te escribe estos versos....

Sonríe a pesar que yo no exista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario